Noche de brujas en Ciudad Juárez

La temporada terminó… y lo hizo como empezó: con sombras, errores y un eco amargo que acompaña a Gallos Femenil desde la primera jornada. En una noche de brujas que pareció escrita por el destino, las queretanas cerraron su participación en el Apertura 2025 con una dolorosa goleada 4-0 ante las Bravas de Juárez. Una pesadilla que resume todo lo que fue el torneo: esfuerzos aislados, desconexiones, y una falta de rumbo que terminó por condenar al equipo.

Con apenas 13 puntos, 10 derrotas y una diferencia de goles de -33, el conjunto albiazul firmó uno de sus torneos más complicados de los últimos años. Los números no mienten: Gallos fue un equipo que nunca logró encontrar su mejor versión, que batalló más de lo que disfrutó, y que se fue desdibujando con el paso de las jornadas. Desde aquel arranque incierto se intuía un camino lleno de obstáculos… y lamentablemente, el tiempo confirmó los presagios.

El cierre en Juárez fue una fotografía perfecta del sufrimiento. La noche comenzó con ilusión, con el deseo de despedirse con dignidad, pero los errores aparecieron pronto. Un fallo en la salida abrió la puerta al primero de la noche, cortesía de Jasmine Casarez, y a partir de ahí todo se vino cuesta abajo. Las Bravas fueron superiores, contundentes, y dejaron en evidencia la fragilidad queretana. El 4-0 final fue un golpe tan duro como simbólico: el equipo que buscaba cerrar con orgullo terminó hundido, sin respuestas ni consuelo.

Más allá del resultado, la pregunta que queda flotando es inevitable: ¿y ahora qué?

El torneo deja más dudas que certezas. Gallos mostró destellos de calidad y entrega, pero careció de profundidad, variantes ofensivas y liderazgo en los momentos clave. Las individualidades nunca alcanzaron para revertir el rumbo colectivo. Las lesiones, la falta de contundencia y los errores puntuales se combinaron en una receta que resultó fatal.

Se viene un periodo de análisis, decisiones y cambios. ¿Cuántas bajas habrá? ¿Llegarán refuerzos que realmente marquen diferencia? ¿Y continuará Fernando Samayoa al frente del proyecto? Preguntas que retumban con fuerza en las tribunas, porque más allá del cariño, la afición también exige respuestas.

Gallos Femenil se despide del 2025 con la sensación de haber sobrevivido más que competido. Un equipo que luchó, sí, pero que nunca encontró equilibrio ni confianza. El esfuerzo no bastó, el orden no alcanzó, y el corazón, no pudo contra los fantasmas que acompañaron la temporada desde el primer día.

Ahora toca mirar al futuro. El reto no será sencillo: reconstruir un proyecto deportivo que necesita identidad, variantes y hambre. Jugadoras jóvenes como Alexa Herrera y líderes como Vanessa Hernández son piezas valiosas sobre las cuales se puede construir algo nuevo. Pero eso exigirá convicción, respaldo institucional y una planeación que esté a la altura del esfuerzo de quienes visten la camiseta.

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