Gallos femenil sale del fondo de la tabla

A veces el futbol se reduce a sobrevivir. No siempre hay espacio para las formas ni para el espectáculo, sino para sumar puntos que mantengan encendida una pequeña llama de esperanza. Eso ocurrió la tarde del 3 de octubre en el Estadio Corregidora, cuando Gallos Femenil venció 1-0 a las Centellas del Necaxa en un partido que se sufrió más de lo esperado. Fue un triunfo trabajado, con errores, con fallas en la definición y con ese nerviosismo de un equipo que carga a cuestas la presión de saberse en el fondo de la tabla.

El gol de Yadira Toraya al minuto 16 parecía abrir la puerta a una tarde tranquila. Un centro preciso de Fernanda Limón, un recentro en el área y la capitana queretana empujó la pelota para marcar lo que, a la postre, sería el único tanto del encuentro. Un gol que se gritó como desahogo, porque representaba no solo la ventaja, sino la posibilidad real de que las queretanas se reencontraran con la victoria en casa.

Pero como ha sido la constante en este torneo, Gallos volvió a perdonar. Lady Andrade, llamada a ser referente ofensiva, desperdició una ocasión clarísima dentro del área; más tarde, Lía Morán falló un penalti que habría liquidado el partido. La falta de contundencia volvió a ser un fantasma que rondó al equipo de Samayoa y que casi le cuesta los tres puntos. Necaxa, con una jugadora menos tras la expulsión de Karen de León, estuvo a punto de empatar en un rebote que terminó en el poste. El silencio en las tribunas fue testigo del miedo a perder lo que tanto había costado construir.

Gallos terminó pidiendo la hora, con un marcador demasiado corto para lo que había generado, pero suficiente para salir del sótano. Tres puntos que no borran la mala campaña ni la mediocridad de los números, pero que oxigenan y, al menos, dan un respiro en un torneo que hasta ahora solo había regalado amarguras.

El contraste con lo vivido hace apenas unas jornadas es inevitable. Después de vencer a Pumas con goles de Lady Andrade y Alexa Herrera, parecía que Gallos podía levantar el vuelo. El redebut de Marta Alemany, tras la lesión de Claudia Lozoya, había inyectado ilusión y el equipo, por primera vez en mucho tiempo, jugó con alma. Pero pronto llegó el golpe de realidad en Tijuana, donde Xolos evidenció las carencias de Querétaro y lo devolvió al mismo sitio: la derrota, la impotencia, la resignación.

El triunfo contra Necaxa, entonces, no debe confundirse con un renacer, sino con una victoria que mantiene a Gallos con vida en el papel, pero que deja muchas preguntas abiertas en lo deportivo. ¿Puede este equipo competir realmente ante rivales de mayor peso? ¿O solo aspira a sobrevivir sacando puntos ante los clubes más débiles de la liga?

La respuesta, quizá, ya la sabemos. Gallos Femenil atraviesa uno de los torneos más complicados de los últimos años, y aunque la llegada de refuerzos como Andrade o el regreso de Alemany alimentaron la esperanza, lo cierto es que este plantel sigue adoleciendo de lo mismo: fragilidad defensiva, poca contundencia y un carácter que aparece a ratos, pero nunca de forma consistente.

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