Un adiós con la frente en alto

El rugido del Gigante de Acero silenció la ilusión queretana. Gallos Femenil se despidió de la liguilla del Clausura 2025 tras caer ante unas sólidas Rayadas, y aunque el solitario destello de genialidad de Deisy Ojeda, un gol para enmarcar, encendió brevemente la esperanza de una remontada épica, no fue suficiente para doblegar al poderío regiomontano. Una vez más, la escuadra albiazul se quedó a las puertas de la fiesta grande de la Liga MX Femenil.

Sin embargo, esta eliminación no debe empañar el encomiable camino recorrido por el mejor equipo de Querétaro; a pesar de las adversidades, de un plantel que en apariencia lucía limitado, de las constantes reestructuraciones que mermaron su potencial, y de un inicio de torneo titubeante con doce goles encajados en las primeras doce jornadas, este equipo demostró un espíritu indomable. La partida de sus dos capitanas la temporada anterior parecía presagiar un destino sombrío, pero lejos de rendirse, las jugadoras persistieron, insistieron y nunca desistieron.

Como el mítico ave fénix, Gallos Femenil resurgió de sus propias cenizas para plantar cara a cualquier rival, la memoria colectiva del club atesora ya duelos para la historia, como el empate agónico ante las todopoderosas Tigres en el Corregidora, un encuentro épico que quedará grabado en la institución, tampoco se olvida la gesta en el infierno de Toluca, donde las queretanas apagaron la furia escarlata con una actuación llena de carácter, o la conquista de la frontera, doblegando a sus similares en un ejercicio táctico impecable. Incluso ante Pumas, en un encuentro donde las felinas se vieron contra las cuerdas, un cruel autogol de Karla García en el último suspiro se erige ahora como ese efecto mariposa que probablemente desvió el rumbo hacia la liguilla.

Es cierto, múltiples factores influyeron en la ausencia de Gallos Femenil en la fase final. Partidos que debieron sellarse con victoria se escaparon, errores individuales costaron puntos valiosos, pero también es justo destacar los momentos de brillantez individual que iluminaron el camino: los exquisitos tiros libres de Deisy Ojeda, auténticas obras de arte balísticas; las intervenciones providenciales de Lozoya bajo los tres palos, erigiéndose como un muro infranqueable en muchos encuentros; los potentes y precisos disparos de Alexa Herrera desde la frontal del área; la garra incansable de Carrandi en cada disputa; la solidez y el liderazgo de Toraya en la zaga central; el pulmón inagotable y la visión de juego de Emily Flores en la medular; los desbordes electrizantes de Wendy Cabrera, capaces de desequilibrar cualquier defensa. Podríamos continuar enumerando las virtudes de cada una de las integrantes de este plantel, pero es momento de detenernos en el artífice de esta transformación: Fernando Samayoa.

El estratega demostró ser un arquitecto futbolístico excepcional, tomó un equipo desmantelado, imbuido en una mentalidad perdedora y con un enfoque eminentemente defensivo, y lo transformó por completo. Cambió la cara del equipo, implantó un nuevo estilo de juego y, fundamentalmente, reconstruyó la mentalidad de sus jugadoras, inculcándoles la convicción de poder competir contra cualquiera. A pesar de un inicio de temporada adverso, Samayoa logró levantar al equipo cuando parecía abocado al abismo, a pesar de la pérdida de jugadoras clave, supo extraer lo mejor de cada una de sus dirigidas, incluso más allá de lo esperado, esta capacidad de reinventarse y potenciar a su plantel es el sello distintivo de los grandes estrategas.

Si la Liga MX Femenil adoptara el controvertido formato de su contraparte varonil, este aguerrido equipo estaría siempre luchando por un lugar en el Play-In, arañando su pase a la liguilla. Sin embargo, en un formato donde solo los ocho mejores acceden a la fase final, el fútbol femenil, al igual que el masculino, se ha convertido en un deporte cada vez más elitista, donde las instancias decisivas parecen reservadas para los equipos con mayor músculo financiero y plantillas más amplias. Por todo lo anterior, la eliminación no empaña el orgullo que este equipo genera en su afición, a pesar de que, en un principio, Gallos Femenil podría considerarse un equipo con recursos limitados, sus jugadoras y su entrenador se han encargado de que en cada rincón de México se conozca y se respete a las de la "Q" en el pecho. Por eso, a pesar de la tristeza por no verlas en la liguilla, la sensación que prevalece es la de un profundo orgullo por lo conseguido, por la entrega y por la convicción de que este es, sin duda, el equipo que mejor representa el espíritu y la pasión de Santiago de Querétaro.

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