Cara y cruz en la Supercopa de España

Cara y cruz en la Supercopa de España

Por segunda ocasión consecutiva en esta temporada, el conjunto blaugrana humilló al Real Madrid, esta vez con un contundente 2-5 en la final de la Supercopa de España. Un marcador que resonará en la memoria de los aficionados y que analizaremos en detalle, examinando las claves tácticas, los momentos decisivos y el impacto de este resultado en ambos equipos.

Una herida profunda en el Real Madrid: Los Merengues salen profundamente heridos tras la debacle ante el Barcelona. La derrota 2-5 deja expuestas graves carencias y señala a varios jugadores, algunos de los cuales podrían haber disputado sus últimos partidos con la camiseta blanca. La afición, conocida por su exigencia, no perdonará fácilmente esta actuación.

Entre los señalados, Aurélien Tchouaméni protagonizó un partido para el olvido, involucrado directamente en tres de los cinco goles del Barcelona, su desempeño no estuvo a la altura del escudo ni de la trascendencia del encuentro. Lucas Vázquez, jugó fuera de su posición habitual y, mostrando el peso de los años, reafirmó la idea de que su ciclo en el Madrid está llegando a su fin. Incluso Vinícius Júnior, habitualmente el jugador más desequilibrante del equipo, ofreció una versión apática, sin encarar, sin desbordar y sin colaborar en defensa, dejando una imagen difícil de borrar para los aficionados. Jude Bellingham, visiblemente fatigado tras cargar con el peso del equipo durante más de un mes, tuvo su peor partido desde su llegada al club.

Sin embargo, el principal señalado es Carlo Ancelotti; por segunda vez consecutiva, Hansi Flick le ganó la partida táctica superándolo ampliamente en el planteamiento del partido; Ancelotti se quedó sin crédito ante la directiva y la afición, poniendo en seria duda su continuidad al frente del equipo, incluso antes de que finalice la presente temporada.

Regresos meteóricos en Barcelona: Con la plantilla al completo, tras la recuperación de jugadores clave, el Barça despliega un futbol brillante en todas las facetas del juego; en la defensa, el regreso de Alejandro Balde resultó crucial, recuperando un carrilero con vocación ofensiva que permitió a Raphinha desenvolverse por dentro en lugar de por fuera. La lesión de Iñigo Martínez supuso una baja sensible dado el gran nivel que estaba mostrando, pero el retorno de Araujo al once inicial, con su imponente físico, ejemplifica el perfil del central para estos tiempos modernos donde la envergadura es crucial.

Mención aparte merece el meteórico regreso de Gavi, quien marcó y asistió en la semifinal contra el Athletic Club, ofreciendo una actuación sobresaliente, rebosante de su característica intensidad… en pocas palabras, Gavi es el corazón del equipo. Finalmente, Lamine Yamal, un verdadero crack y, me atrevería a decir, uno de los mejores jugadores del mundo cuando está en forma, volvió a demostrar su trascendencia para el equipo. Con un pase a la red digno de un iluminado, igualó el marcador en cuestión de minutos. El resto del partido fue una exhibición de su visión de juego, pases al hueco, trazos filtrados, carisma y liderazgo con el balón en los pies, desarticulando la defensa rival una y otra vez.

El primer trofeo de la era Flick: Hansi Flick se ha consolidado como un técnico excepcional en tan solo unos meses al frente del Barcelona. El alemán ha transformado un equipo con inercia perdedora en una implacable maquinaria ofensiva, un preciso mecanismo en el mediocampo y una combinación equilibrada de riesgo y seguridad en defensa. Ha revivido el ADN blaugrana con señas de identidad, como la trampa del fuera de juego ideada por Cruyff, la presión como la alta característica del estilo Guardiola, y la valentía de Xavi Hernández para adelantar la línea defensiva. Flick entiende a la perfección la idiosincrasia del Barça, fusionándola con el físico y la potencia del futbol moderno. Además, el alemán ha potenciado a Raphinha, convirtiéndolo en un jugador imponente gracias a su poderío físico, su explosividad en carrera y en el remate, erigiéndose como el estandarte del nuevo estilo del Barcelona.

Si bien los resultados en noviembre y diciembre no fueron los óptimos, el alemán ha demostrado su valía en los grandes escenarios; en Champions League, el Barça aplastó a su bestia negra: el Bayern Múnich, con un contundente 4-0. En el primer clásico liguero de la temporada, el Barcelona demolió al Real Madrid con idéntico marcador, ambos partidos disputados en la misma semana. Ahora, en su tercera final de la temporada, la aplanadora de Flick volvió a pasar por encima del Real Madrid, dejando un impresionante registro de nueve goles a favor en dos clásicos disputados, además, arrebató un trofeo al conjunto blanco, considerado prácticamente invencible hasta ese preciso momento. Hansi Flick ha impregnado al equipo con una mentalidad ganadora en las grandes citas, el carácter dubitativo y el bajo nivel mostrados la temporada pasada han quedado atrás. Hans Dieter Flick ha transformado al Barcelona en un firme candidato a conquistar todos los títulos de la temporada.

En resumen, la Supercopa de España ha dejado una imagen contrastante: un Barcelona renacido bajo la batuta de Hansi Flick, desplegando un futbol total y conquistando su primer título en la era del técnico alemán, y un Real Madrid sumido en una profunda crisis, con jugadores señalados y la continuidad de su entrenador en entredicho. Mientras el Barça se postula como un firme candidato a todos los títulos, el Real Madrid deberá realizar una profunda reflexión para revertir la situación y evitar una temporada para el olvido.

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