Cuando era adolescente, tuve la suerte de ir a Guadalajara a competir un verano a la Copa Chivas. Inaugurado en el estadio Jalisco, con la presencia de nada más y nada menos que Carlos Salcido, el torneo reunía a equipos de jóvenes de todo el país organizados por grupos numerosos en donde, en la mayoría, había un equipo representativo del Club Deportivo Guadalajara. El torneo estaba muy bien, la inauguración se hacía en pleno Estadio Jalisco y todos estábamos tan emocionados que, ni bien Salcido terminó de decir las palabras inaugurales, corrimos para poder alcanzarlo, abrazarlo, tocarlo, pedirle un autógrafo. El lateral mexicano la rompía con el Fulham en la Premier con ese mítico uniforme Kappa con el dorsal 3 y no era poca cosa verlo cada fin de semana por Fox Sports con el ‘Bambino’ Pons narrando.
Nosotros no veníamos tan mal en nuestro grupo, hasta que nos tocó enfrentar a Chivas. Nos dieron un paseo, no solo desde lo futbolístico, también desde lo físico. Pases fuertísimos y precisos, gente que sabía perfectamente cómo meter el cuerpo y que una vez que lo hacía, no había chance de sacarle la pelota. Veíamos jugar a los demás equipos de Chivas que militaban en los otros grupos y la historia era muy parecida. La impresión que me dejó ese torneo a mi corta edad fue la de que, en el Club Deportivo Guadalajara, se tenían muy buenos talentos y formaban muy buenos equipos.
Aunque muchos años han pasado, lo cierto es que Chivas, aunque no atraviesa un buen momento deportivo en el primer equipo, ha sabido seguir formando jóvenes deportistas mexicanos, la prueba está en que el Tapatío de la Liga de Expansión ha sido de los mejores equipos de la competición en los últimos años y en que los mejores jugadores del primer equipo no son los refuerzos, son los chavos como Hugo Camberos, ‘Tala’ Rangel, ‘Tiba’ Sepúlveda y el propio Mateo Chávez, nuevo jugador del AZ Alkmaar de Países Bajos.
Chávez es fruto de las fuerzas básicas de Chivas, de ese mismo sistema que lleva años queriendo captar a lo mejor de lo mejor en el país porque en el club solo juegan mexicanos. Seguramente la influencia de su padre, el ‘Tilón’ Chávez, fue fundamental en su formación, tanto por los consejos que le daba, como por lo que dejaba de decirle para no presionarlo y dejar que viviera su proceso de la mejor forma posible. Gago le empezó a dar confianza y aunque no lo ponía siempre, salía a aguantar las críticas en las ruedas de prensa y a pedirle a los periodistas que no fueran tan duros con un chico que apenas debutó hacía unos meses. Aunque algunos periodistas no parecían muy convencidos de si el nivel de Chávez era para el futbol europeo, los scouts del equipo neerlandés hicieron replantearse esas dudas a los periodistas demostrando que Mateo puede encajar en un equipo que en la Eredivisie está peleando a menudo por puestos en competiciones europeas.
En la pasada Europa League, el equipo de la ciudad de Alkmaar despachó al Galatasaray en la ronda de playoffs y luego cayó ante el Tottenham por global de 3-2 en los octavos de final. Según datos de Transfermarkt, el club inglés está valuado en 836 millones de euros, mientras que el club neerlandés en 98 millones. Una diferencia abismal en lo económico que dentro de la cancha se acortó a tan solo 1 gol de distancia.
Chávez llega a un equipo con promedio de edad de 23,7 años dirigido por el ex jugador belga Maarten Martens, quien ha logrado darle una identidad a su equipo a partir de un vistoso y dinámico juego colectivo. Lo que le puede aportar Chávez a su nuevo club son progresiones con pelota a una muy buena velocidad, visión de juego en el último tercio de la cancha, volumen de duelos defensivos ganados y recuperaciones para iniciar ataques en campo rival.
Con la llegada del ex lateral de Chivas al futbol europeo, México podría alinear una defensa de 5 o de 4 con puros jugadores que militan en Europa en el próximo mundial.