¿Gigante de CONCACAF?

Hace apenas unas horas me encontré con una tira cómica del gran Quino en la que Mafalda va caminando por la calle y se cruza con dos hombres, uno, cavando un hoyo profundo en plena banqueta y el otro, una especie de inspector, observando la acción del otro, entonces Mafalda le pregunta al segundo –¿Buscando las raíces de lo nacional? a lo que el inspector le responde -No nena, un escape de gas. Mafalda entonces concluye categóricamente –Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.

Leer esa frase de “las raíces de lo nacional” me hizo pensar enseguida en la actual campeona del Final Four de la Nations League de CONCACAF. Primero, habrá qué decir que no se debe criticar el plan, se puede cuestionar, pero criticarlo, aún en la derrota, rosa en la obsolescencia. Si el plan funciona, aplaca los cuestionamientos feroces, hace que en el imaginario de los periodistas surjan otras ideas, colma al aficionado de la alegría que implica el triunfar. Pero aun habiendo ganado, a mí me quedan algunas dudas ¿Puede esta selección jugar mejor? ¿Si Raúl Jiménez no jugaba a ese nivel, hubiéramos ganado igual?

En los dos partidos de México el rival se vio condicionado por los goles tempraneros de nuestra selección nacional, contra Canadá el plan era saltarse el mediocampo, hacerlo un lugar de tránsito y no un lugar para estar. En repetidas ocasiones se veía el pase central-lateral en el que el lateral no tenía ninguna ventaja clara para jugar en diagonal o horizontal al centro del campo y con el canadiense ya encima, mandaba el balón largo buscando casi siempre a Santiago Giménez por la banda.

Contra Panamá se vio otra declaración de intenciones desde la alineación, era buscar centros con Huerta y Alvarado, tener posesiones un poco más largas ya con Montes en la central y con Edson compartiendo el doble 5 con Romo, algo para mí también muy cuestionable en la rueda de prensa post partido o hasta en la charla que sostuvo el ‘Vasco’ con Mundo Maldini. Al final lo que terminó definiendo el partido fueron los errores del portero, del defensa panameño y un gran Raúl Jiménez.

Yo más que en el éxito de ganar partidos como sea o por casualidad, creo en el éxito que describe Menotti, ese en el que uno sale enojadísimo porque su selección perdió el partido y en el que el amigo le dice –Bueno, pero jugamos bien.

Es verdad que nos falta talento, es verdad que nos falta recordar o incluso reencontrar muestra cultura e identidad futbolística, es verdad que hay muy pocos técnicos mexicanos en la élite del futbol y, por eso mismo, el reto es mucho mayor y el plan debe ser mucho mejor pensado. A Brasil se le cuestiona mucho su pérdida de identidad, más después de ese baile que le dieron en Buenos Aires, pero lo de ellos no es tan grave, ellos, si saben recurrir honestamente a la memoria de su juego más brillante, sabrán hacia dónde girar el timón de ese barco que hoy navega Dorival Jr. 

Nuestra historia futbolística está enterrada debajo del Club Mazatlán, debajo de la Leagues Cup, y está de hecho en las razones por las que Menotti y Bielsa se fueron desilusionados de acá, o en las razones por las que un sueco que dirigió al Manchester City, Roma, Lazio y selección inglesa, no pudo hacernos jugar como le hubiera gustado. Han pasado varios grandes técnicos y ninguno ha logrado encontrar la ruta idónea, el camino anhelado, o a lo mejor han sido los involucrados los que no han sabido escuchar. Ahora, Aguirre, el entrenador mexicano con mejor trayectoria de nuestra historia, en su tercer ciclo al mando de la selección intenta deconstruir esa pirámide mal edificada desde la punta y no desde la base, haciendo pequeños grandes esfuerzos como llevando a un grupo de chavos a jugar a Sudamérica, y por qué no decirlo, ganando el primer Final Four de Nations League. ¿Alguien en la Federación Mexicana de Futbol estará pensando en la búsqueda de nuestra identidad y cultura futbolística?

Pienso que el panorama para el Mundial de 2026 no es muy alentador, sobre todo porque por lo visto en este mini torneo, debemos aferrarnos a Raúl Jiménez para competir, y la verdad que aferrarse a una persona y no a un equipo en un deporte colectivo, no suena muy alentador.

Visto 65 veces