Bielsa se parece a Uruguay

“Los seres humanos de vez en cuando triunfan, pero habitualmente se desarrollan, combaten, se esfuerzan, y ganan de vez en cuando, muy de vez en cuando”.

 

Gracias a mi viejo aprendí que uno con la edad se va sensibilizando, no es que uno resigne el coraje y la valentía, es más bien que el tiempo nos ayuda a mirar con más claridad lo frágiles que somos. Bielsa dirigió su primer campeonato al frente de la selección uruguaya a los 68 años, y aunque es el mismo Marcelo de siempre con el ímpetu para cuestionar a la prensa, con la audacia para declarar y el esfuerzo para convencer, es la primera vez que se le ve tan bromista, tan ligero.

De mi amigo Seba, físico, uruguayo y amante de los versos, aprendí que más importante que elegir, es que te elijan. Bielsa, aún sin ser de los técnicos más ganadores en la historia, cuenta con el prestigio suficiente para tener a su disposición una lista de equipos que quisieran ser entrenados por él, y de esa lista, Bielsa eligió Uruguay. Estoy seguro que en cuanto el rosarino supo del interés de la AUF, no dudó en decir que sí.

Si se piensa en lo que tiene que ver estrictamente con el juego, Bielsa es un entrenador que propone un fútbol voraz, intenso, vertiginoso, de ritmo alto, como si todo el partido hubiera que pisar el acelerador a fondo; así lo dejó entrever Manuel Ugarte en su entrevista tras haberle ganado a Brasil:  “Por nuestra parte queríamos darle más ritmo al partido, porque Uruguay es un equipo que siempre marca el ritmo”.

La forma de defender para Bielsa es corriendo el riesgo generar duelos 1 contra uno por toda la cancha, lo hizo así en su última experiencia en clubes con el Leeds en la Premier, aún cuando eso le costara las críticas de periodistas como Latorre argumentando que por la calidad individual de los jugadores del Arsenal, esa forma de defender era un suicidio, y lo fue en varios partidos. Bielsa es un tipo porfiado, de esos que mueren con las botas puestas. Mirando el plantel de Uruguay, esa forma de jugar no es descabellada, línea por línea hay jugadores para ganar duelos en toda la cancha y para sostener ese vértigo de principio a fin.

Tres millones y medio de habitantes son suficientes para darle a su selección un 11 titular que es envidia en todo el continente, pero con suplentes que tal vez estén una o dos escalones por debajo de esos titulares y, a sabiendas también de que en esos torneos cortos, de tanto desgaste y estrés, muchas veces los suplentes son los que terminan jugando los partidos importantes, Bielsa, aún así, eligió Uruguay.

 El acuerdo, la complicidad y la empatía que tiene el técnico rosarino con el paisito rioplatense son la verdadera razón por la cual están juntos y deben seguir así el tiempo que sea necesario, a pesar de los resultados. La cultura del fútbol uruguayo sigue viva, y hay que seguirla cultivando. No sólo esa que está en los potreros, sino la que está en la esquina del barrio, en el bar.

Quisiera terminar este texto enmarcando y explicando esta frase dicha por Jorge Valdano que resume por qué son tan importantes el uno para el otro: “Maravilla ver que el primer país que conoció la gloria mundial sea el último en perder la humildad”. El propio Valdano le explica esa frase a Ariel Scher en la entrevista que le dio para La Diaria diciendo:

“El fútbol uruguayo siempre fue austero. Me acuerdo de que, hace muchos años, fui a Uruguay para ver un partido. Mientras sacaba la entrada, medio escondido para que no me conocieran, al lado de la ventanilla calentaban los futbolistas que poco después iban a jugar. De hecho, me resultaba difícil analizar jugadores en ese escenario y representármelos en el escenario del fútbol de Europa dentro del que yo trabajaba en ese momento. Pero, cuando uno terminaba decidiéndose por la compra de uno de esos jugadores, nunca te defraudaban. Porque esa humildad era, precisamente, su fuerza. La humildad tiene una enorme virtud: nos cuenta la verdad. La vanidad, no. La vanidad nos complace tanto que terminamos por no saber cuáles son nuestras fortalezas y cuáles son nuestras debilidades. Eso el jugador uruguayo lo tiene muy claro y por eso su nivel competitivo alcanza cuotas que van mucho más allá de lo que uno se imaginaba”.

 

Los resultados son importantes, pero que Bielsa dirija a la selección uruguaya es algo maravilloso que va más allá de los resultados.

 

 

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