Mientras escribo esto, en el CAR de la selección mexicana ya se entrenan jugadores como Jordan Carrillo, Adrián Montaño y Alexis Peña, nombres novedosos que representan el recambio que exigía la prensa y también algún sector de la afición.
El hecho de que un importante sector de la prensa haya pedido este recambio y que el cuerpo técnico de la selección lo haya gestado en esta convocatoria nos recuerda una vez más sobre, primero, el poder de los resultados, ya que si México ganaba la Nations League el discurso sería muy distinto y seguramente tendríamos una convocatoria con otros jugadores. Segundo, aunque no exista una camaradería gremial en el sector periodístico, todos transmitieron el mismo mensaje, necesitamos un cambio generacional. Ese mensaje fue potente porque era el mismo repetido muchas veces en distintos medios. La unificación de una buena prensa, que hable sobre el juego y debate desde el conocimiento es fundamental, entre otras cosas, porque lo que dicen periodistas como Martinolli o Faitelson tiene mucho eco, y esos ecos representan parte de la narrativa de nuestro fútbol.
Pienso que es fundamental entender a partir de dónde dicen Lozano y su cuerpo técnico decidir citar a estos jugadores, ¿Porqué Ochoa, Lozano, Jiménez, Moreno, Henry y Gallardo no están más? Jimy dijo en conferencia de prensa que con estos jugadores pretendía darle dinamismo e intensidad al juego de pelota de su equipo. Tener perfiles como el de Chiquito Sánchez, Chiquete Orozco, Nene Beltrán y Johan Vázquez avalan esa propuesta; siempre y cuando Jaime entienda la intensidad como la describió Gabriel Milito en el post partido del Atlético Mineiro de hace dos semanas: “La intensidad con orden se puede sostener, si todos corremos de manera ordenada, todos corremos menos, ¿Y para qué corremos? Para recuperar la bola, es muy importante lo que hace el que va a presionar, el comportamiento del que va a respaldar y el del que está lejos, incluso el del portero; en definitiva ser un equipo. Poder sostener la intensidad tiene que ver con la distancia y con la organización, no hay nada peor que correr y no conseguir recuperar la pelota”.
El torneo más trascendente que jugará el equipo de Lozano de aquí a la copa del mundo de 2026 es esta Copa América. México nunca la ha ganado y a los rivales complicados como son: Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador y Colombia se le suman Estados Unidos y Canadá, dos selecciones contra las que a México se le complica jugar en los últimos tiempos.
Por eso algunos periodistas ya se preguntan si esta idea de hacer el recambio en un escenario en el que los jugadores jóvenes pueden quedar tan expuestos, es la mejor opción.
Pienso que Jimy citó a los jóvenes pensado también en tener mayor control sobre su modelo de juego con jugadores motivados por su primera convocatoria o por su protagonismo ya sin los jugadores no citados. Por su formación, Lozano aspira más a ser un técnico como Luis Enrique que como Ancelotti, lo cual no está mal, simplemente Jaime debe tener en cuenta que es verdad que no tenemos jugadores tan cracks como para jugar como el Real Madrid, pero también es cierto que el jugador mexicano no es tan disciplinado como para desplegar un fútbol tan veloz y hasta me atrevería a decir rigido estructuralmente. El prototipo de jugador ideal para ese modelo es, por ejemplo, el lateral izquierdo de Chivas José Castillo, de quien el propio Nene Beltrán declaró la semana pasada que es el jugador de Chivas que más le sorprende porque “hace todo bien”. Tenemos pocos con ese perfil.
Por eso creo tan importante recuperar esa identidad que supieron expresar Jorge Campos y Cuauhtémoc Blanco, jugadores atrevidos, que no se achican, creativos, combinado con jugadores como Castillo, y por otros como Edson Álvarez o Henry Martin, que lideran desde el ejemplo y la disciplina.
En Junio arranca la prueba más difícil de la selección mayor, esperemos llevarnos una grata sorpresa.