México comenzó el campeonato enfrentándose nada más y nada menos que contra una de las rivales que históricamente nos cuesta muchísimo. A pesar de las diversas estrategias, de los técnicos, las lesiones, los estadios, la época del año, los campeonatos, las ventajas, las especulaciones, los análisis, las atajadas, las barridas, las tarjetas, los cambios y los goles, al término de los 90’ terminamos cayendo contra Argentina. Pero esta vez no. De hecho, México tuvo más chances de gol, incluso Bernal erró un penal a los 10’ del primer tiempo. México también tuvo más tiros de esquina y mayor tiempo la pelota que el conjunto albiceleste. Recién al minuto 82’ Argentina tuvo una chance clara de gol. El partido terminó 0-0 y México daba sensaciones de ser un equipo sólido y convencido de la idea de juego que propone el técnico.
Tal y como en el primer partido, nuestra selección salió a ganarlo desde el primer minuto, esta vez superando a la República Dominicana en todas las fases del juego. La contundencia que faltó contra Argentina se hizo presente esta vez, la selecta consiguió patear 36 veces, de esas 11 fueron al arco y 6 terminaron besando la red en los primeros 45’ de juego. México hizo goles de todo tipo, desde el cabezazo de Bernal en un tiro de esquina para su revancha por el penal fallado en el primer partido, hasta remates a la red producto de notables desmarques como el de Luna atacando el pequeño intervalo entre central y lateral para rematar al palo lejano de la guardameta. Hacía mucho tiempo que no veíamos a una selección mexicana divertirse tanto dentro de una cancha como ese día en el Dignity Health Sports Park en California. Al final el marcador fue 8-0 arriba, Pelayo marcó el último gol azteca en tiempo de compensación y dejándonos ver una sonrisa tras la anotación que nos llenaría de alegría en el siguiente encuentro.
Si pudiéramos nombrar a los dos rivales contra los que más nos duele perder a nivel selecciones, sin dudas, Argentina y Estados Unidos estarían en los primeros puestos, y México se enfrentó en la primera fecha de la fase de grupos a Argentina y en la última fecha a la vecina del Norte. Los dos partidos de futbol en los que los ánimos más se levantaron en la cancha y en la tribuna para nuestro país se jugaron en el inicio de esta Copa Oro, y aunque a priori el panorama parecía desalentador, las mexicanas Esthefanny Barreras, Cristina Ferral, Rebeca Bernal, Greta Espinoza, Nicolette Hernández, Karla Nieto, Alexia Delgado, Karen Luna, Jacqueline Ovalle, Kiana Palacios, María Sánchez, Jasmine Cazares, Diana Ordóñez, Karina Rodríguez, Mayra Pelayo, Itzel González, Pamela Tajonar, Reyna Reyes, Kimberly Rodríguez, Angélica Torres, Stephany Mayor, Charlyn Corral y Natalia Mauleon nos demostraron que son un equipo en el que debemos creer, con el que nos podemos ilusionar, porque son un plantel sólido, solidario, aguerrido y que despliega un muy buen fútbol dentro del rectángulo verde.
Se consiguió un triunfo histórico ante Estados Unidos, y no solo por el resultado, sino porque Jackie Ovalle y Mayra Pelayo marcaron dos auténticos golazos que le dieron la vuelta al mundo pambolero y que nos harán sonreír cada vez que los volvamos a revivir.
Esta selección, sin muchas vueltas, sin muchos reflectores, con la mayoría de las jugadores militando en la Liga MX y sobre todo, con un grupo muy unido, intentarán luchar por traer a casa una Copa Oro en la que no solo participan los equipos de CONCACAF, sino también las mejores selecciones de CONMEBOL, por eso, desde futbol en prosa, invitamos a la espectadora y sobre todo al espectador, al aficionado y a todo el público que gusta de mirar un buen partido de futbol, a que sigamos los pasos de esta selección que merece la euforia, el respeto y el aliento de todos nosotros, porque ese grupo de mujeres nos acaban de demostrar algo que comúnmente no se ve en este país, un grupo de mexicanas trabajando unidas, de forma horizontal, solidaria y consiguiendo los objetivos que se plantean, partido a partido.