Mismo en donde el Tri jugará algunos de sus encuentros de la Copa Oro este verano, fue la sede del encuentro con tintes de clásico entre los Estados Unidos y los Estados Unidos Mexicanos, en el que, una vez más, fuimos locales.Ni bien arrancó el encuentro, los comentaristas de Televisión Azteca ya estaban afirmando que si perdía Estados Unidos no pasaba nada, pero que si México perdía iba a acrecentarse una especie de invisible presión que ellos mismos van creando y transmitiendo con miras a instalarla en el imaginario colectivo del televidente.
Muchos programas que supuestamente hablan sobre fútbol viven de crear polémica, además, solemos ponernos altas expectativas a nosotros mismos, pensamos que la victoria tiene sentido sobre todo para hacerle ver al otro que somos superiores, y cuando perdemos, todo esa supuesta superioridad que tiene tintes machistas además, se traduce en frustración; y una de las primeras acciones es empezar a buscar culpables. Eso no solo le juega en contra a la selección sino a toda la sociedad mexicana.
México salió a jugar el partido con un 5-2-3 que a continuación describo: Acevedo al arco, la línea de 3 con Reyes como stopper por derecha, Néstor Araujo como líbero y Guzmán como stopper por izquierda; los carrileros eran Julián Araújo por derecha y Gallardo por izquierda; el doble 5 lo conformaron los tuzos Chávez y Sánchez y los 3 atacantes fueron Antuna por derecha, De la Rosa de centrodelantero y Alexis Vega por izquierda.
Era muy visible que, con pelota, México tenía esa estructura e intentaba progresar con pases de sus stoppers a los extremos que se cerraban, descendían y recibían a los costados de los medios de contención de Estados Unidos, que en el primer tiempo eran Sands y Acosta. Es decir, para progresar por derecha, por ejemplo, México aprovechaba la superioridad de 3 defensas contra 2 delanteros, giraba la pelota hasta que esta la llegara a Reyes con tiempo y espacio, Julián fijaba al medio por izquierda gringo, De la Rosa fijaba al central y Antuna se cerraba para recibir en ese cuadrado que tenía como vértice superior izquierdo, mirando de frente el ataque mexicano, al central Long de Los Angeles FC, a Dest como vértice superior derecho, a Sands en el vértice inferior izquierdo y a Colwell en el inferior derecho.
Con el cambio de ritmo de Uriel México progresaba y empezaban a crearse situaciones de peligro. Hablando del extremo de Cruz Azul, me llamó la atención que el tipo no quisiera driblar tanto, ni de forma tan incisiva. Pienso que puede tener qué ver con el modelo de juego y los principios que quieren implantar en la selección sin importar quién sea el técnico.
En la otra banda Vega no sólo venía al carril interior sino que a veces aparecía como enganche o él como el 9, a Alexis lo condiciona la línea y tiene una visión de juego y técnica suficientes como para meterse al ruido y al lodo y salir ileso. En ese sentido de la Rosa hacía bien el relevo ofensivo yendo a ocupar el espacio que Alexis dejaba de habitar.
Quisiera explicarme un poco más respecto de los principios que quieren implantar en la selección. Una de las cosas que más le costó ayer a México, condicionado obviamente por los pocos días de entrenamiento principalmente, fue generar desequilibrios y patrones para abrir la defensa rival. México tenía la pelota y la paseaba de un lado al otro como en un juego de Handball sin poder entrar a ese 4-4-2 que Estados Unidos formaba en fase defensiva y en bloque medio. Cuando el balón le llegaba a Antuna o a Araújo por la banda, pareciera que ambos tenían la indicación de no perderla, aunque hubiera que renunciar a arriesgar, a jugarse el duelo pues.
Si miran un partido del Villarreal de Setién, o del Girona de Míchel, notarán muchas similitudes con el juego que pretende desplegar la selecta. Pienso que habría que retocar el juego de posición a las características del jugador y del fútbol mexicano.
Además, en esta convocatoria México no contaba con un delantero potente y escurridizo ni un 9 de área, emulando a Furch y a Quiñones en su Atlas. Aunado a eso, el juego de posición pide generar la mayor amplitud y profundidad posibles, pero como México no podía ser tan profundo porque de la Rosa tuvo poco juego de espaldas para alargar la cancha, optó por ser amplio con sus extremos pero sobre todo con sus laterales.
Es muy complejo evaluar un proceso de selección cuando lleva tan poco tiempo y cuando se cita a tantos jugadores. Para este amistoso, por ejemplo, debutaron de la Rosa, Oziel Herrera del Atlas y Víctor Guzmán de Rayados. Por eso pienso que, tener paciencia pues, tal vez en la Copa Oro podamos ver ya más un modelo asentado y empezar a conocer los condimentos con los que Cocca va a sazonar a esta selección. México pudo ganarlo, pero el empate tampoco es un mal resultado.