El oficio del técnico es tal vez uno de los más inestables en la actualidad; la directiva y la afición no quieren otra cosa que no sea ganar, y si no lo consiguen después de algunas semanas, los altos mandos de los clubes deciden cambiar de capitán para su barco. La excepciones a esta cuasi regla pueden contarse con los dedos de una mano: Sir Alex Fergusson, Arsene Wenger, Marcelo Gallardo y el incansable Cholo Simeone.
Diego Pablo Simeone asistió a las formativas del Club Vélez Sarsfield, mismo en el que hizo su debut en primera un 13 de septiembre de 1987 contra Gimnasia. Duró poco en el fútbol argentino, siempre lo sedujeron los nuevos retos, así que no dudó cuando le salió la oportunidad de ir a jugar al Pisa de Italia (cuadro que por cierto estuvo a nada de conseguir un agónico ascenso la temporada pasada). Después de dos temporadas en el duro y mítico Calcio, partió a España para cumplir, como dirían los propios argentinos, “el sueño del pibe”, jugar al lado de Diego Armando Maradona. Jugó en el Sevilla a petición del Dr Bilardo y después de un par de temporadas no muy trascendentes, iniciaría esa complicidad, ese vínculo ¿Acaso amistad? con el hincha colchonero. Simeone firmó con el Atlético de Madrid por 5 temporadas y en seguida se convirtió en uno de los referentes del club.
Personalmente una de las cosas que más admiro del Cholo es la sinceridad que tiene consigo mismo. Guardiola cuenta que en sus inicios como técnico, el Cholo asistió a algunos entrenamientos del Barcelona para aprender del técnico catalán y que, tras finalizar la práctica Simeone le dijo a Pep: “A mí esto no me gusta, no lo siento”, que valiosa la identidad, que valioso “saberse definir para no contradecirse, pisar bien el lugar desde donde defenderse” ¿no?
Desde el 2012 el Cholo es el técnico del Atleti, y en esos 11 años ha sabido reinventar a su equipo varias veces. La reinvención no solo ha sido por los cambios de nombres que había año con año en el plantel, sino por cómo ha ido evolucionando el juego y él como entrenador. Despidió al Vicente Calderón siendo campeón de liga y cada tanto despedía a su goleador siempre con la certeza de que vendría otro a renovar el aire y a seguir hinchando las redes de goles. Forlán, Torres, Falcao, Morata, Griezmann, Aguero, Reyes (en paz descanse) y ahora Depay, han sabido vestir la camiseta del Atleti con valentía, sacrificio y fiereza, tal y como lo exige su técnico.
Diego Pablo Simeone ya es el técnico más importante en la historia del colchonero y por eso, no podíamos dejar pasar desapercibidos esos 613 partidos al mando de su querido Atlético de Madrid. Seguramente esta no sea una de esas temporadas en las que levante una copa, pero el legado del Cholo va más allá de los triunfos, se ha ganado el respeto y la admiración de todo un club, logrando, inclusive, revertir el maleficio del oficio del técnico. Dicho por el propio presidente Enrique Cerezo: a Simeone nadie lo va a echar, él se puede ir cuando quiera”.