FOREST IS BACK

Imagine usted, amable lectora, que se encuentra en alguna ciudad inglesa, ninguna de las importantes, olvídese de Manchester, de Londres o de Liverpool, supongamos que está en la ciudad de Nottingham a fines de la década de los 70 ‘s y tiene la posibilidad de encender una radio. Levanta la antena, (si es que la tiene), oprime el botón de encendido y sintoniza alguna frecuencia radiofónica. Si tiene la suerte de haber sintonizado algún programa musical, no tardará en escuchar Blitzkrieg Bop de los Ramones, imagine de John Lennon,  Dancing Queen de ABBA, Bohemian Rhapsody de Queen, Don’t stop til you get enough de Michael Jackson, God save the Queen de los Sex Pistols, Close to you de The Carpenters, Brown Sugar de los Rolling Stones o We are the Champions, también de Queen. La hemos situado pues, en una de las décadas legendarias para el rock en inglés, década en la que algunos equipos ingleses como el Liverpool, vaya a saber si inspirados por esa música o no,  jugaban a un ritmo rápido, estridente y emocionante. Ahora bien, usted se preguntará, qué tiene de especial la ciudad de Nottingham, pues bueno, da la casualidad que el último tema mencionado en la lista de arriba, se estrenó justo en el año en el que otro de esos equipos de juego vertiginoso, el Nottingham Forest, después de un sufrido ascenso a la First Division, comenzaría a escribir su historia de campeón.

Nottingham es la 15a ciudad más grande de Inglaterra, y aunque en los últimos años su club no ha figurado en el panorama de los grandes equipos ingleses por haber militado muchos años en la segunda división, tiene el agrado de presumir ser el equipo de la ciudad más pequeña en haber ganado 2 copas europeas, pedestal del cual el Villarreal estuvo a  punto de bajarlo. El en ese entonces capitán, John McGovern, resume así esas heróicas temporadas de su equipo: “Fuimos como uno de esos cometas que pasan volando por el cielo nocturno. Brillamos, aunque fue demasiado breve. Pero, tío, brillamos durante un tiempo”. Y no era para menos, tras el ascenso, salieron campeones de primera división en una década en la que el Liverpool lo ganaba todo. Ganaron un par de copas de la liga y en su aventura europea se midieron contra equipos como el Ajax y el mismo Liverpool a quienes vencieron, según cuentan los historiadores pamboleros y aficionados conocedores, desplegando un buen fútbol. La primera final europea se la ganaron a un Malmö con varios lesionados en la ciudad de Munich, mientras que la segunda lo hicieron derrotando al Hamburgo en el Bernabéu tan solo dos días después de haberse instalado nuevamente la democracia en España. Tras esa final, Branko Zebec, el entrenador derrotado, declaró: “El Hamburgo llevó el peso del encuentro. El Nottingham solo se defendió. No lo digo como una crítica, sino como un hecho”.

Los destellos de ese cometa quedaron grabados en la memoria de los aficionados de la ciudad de Nottingham que llenaban cada 15 días las más de 30,000 butacas desde donde alentaban a su equipo. Tras una larga espera, el mes pasado las ilusiones de esos hinchas tenían la chance de ser renovadas. Aunque su equipo se había perdido la posibilidad del ascenso directo, había logrado clasificar a la final en Wembley por el tercer ascenso en la que se mediría al Huddersfield Town. Como en aquella final del Bernabéu, el Forest lo ganaría 1-0 pero no con un gol de uno de sus jugadores, sino con un gol en contra del central Levi Colwill. Fue un partido más bien áspero en el que los únicos dos disparos al arco, fueron del equipo que vestía de rojo.
Los dirigidos por Steve Cooper no ocultaron su alegría al saber que habían logrado llevar a un histórico club como lo es el Nottingham Forest, de vuelta a la primera división del fútbol inglés, desde donde intentarán, como en aquellos últimos años de la década setentera, gestar una nueva hazaña.

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