Desde el año 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, promueve cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con el objetivo de concienciar a nivel mundial que el suicidio puede prevenirse.
El lema para 2024-2026 es "Cambiar la narrativa". Este lema pretende derribar barreras como el estigma, crear conciencia y promover una cultura de apoyo para prevenir el suicidio. El suicidio se malinterpreta a menudo como un acto de debilidad o egoísmo y esto hace que las personas que tienen ideas suicidas no lo cuenten ni busquen ayuda porque se sienten avergonzados. Hay que reemplazar esta narrativa dañina por una que promueva la comprensión.
Según cifras de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, se estima que en la actualidad se producen más de 700 mil suicidios al año en el mundo. Asimismo es la cuarta causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. Además, por cada muerte por suicidio se estima que hay 20 intentos.
Cada pérdida de vida no sólo es trágica en sí misma, sino que también tiene efectos profundos y devastadores en familias y comunidades enteras.
Entre las señales de advertencia sobre el suicidio pueden reconocerse las siguientes:
- Hablar de forma continua acerca de la muerte y del suicidio, o decir cosas como: desearía no haber nacido, quisiera estar muerto, entre otros.
- Intentar obtener medios para hacer efectivo el suicidio.
- Retraimiento extremo.
- Mostrar cambios de humor extremos.
- Sentir impotencia y desesperanza ante una situación.
- Consumir drogas o alcohol con más frecuencia.
- Cambios en la rutina normal.
- Hacer cosas autodestructivas e imprudentes.
- Alejarse de las o los amigos, decir adiós, regalar artículos importantes o hacer un testamento.