Arrancó el torneo y los Gallos tienen una de las plantilla más limitadas que se hayan visto en la historia del Club, la desbandada de Grupo Caliente, que yo le llamo “rapiña”, se llevó a los mejores jugadores del Club y Benjamín Mora tendrá que arreglárselas para solucionar la falta de plantilla.
El equipo no tiene refuerzos de peso, hasta el momento, debido a la transición que tendrá el Club en la administración, apenas anunciaron de manera oficial a los arqueros José Hernández y Luis Villegas, además del delantero queretano Jesús Hernández, quien estará un año sin opción a compra.
Kevin Balanta había llegado como refuerzo, pero a la semana de su llegada fue negociado con Santos Laguna y los Gallos se quedaron sin centrales de calidad como Franco Russo y José Canale, uno negociado al futbol de Qatar y el otro no fue ejercida su opción de compra por lo que tuvo que regresar al Lanús de Argentina, que es dueño de su pase.
Las bajas de Adonis Preciado y Josué Colman le pegan directamente en la creación del juego, ya que eran jugadores diferenciales para la ofensiva queretana, al igual que no se tiene un centro delantero que haya sido trascendente al menos el torneo pasado. Otra dolorosa ausencia será la de Pablo Ortiz, quien fue llevado a los Xolos de Tijuana, un jugador que emergió de la cantera queretana y que parecía una a tener muchos minutos, pero unos días antes del inicio del torneo también se lo llevaron a la frontera.
Además Pablo Barrera no ha sido renovado y está con la incertidumbre de su futuro ya que al menos estaba apalabrado con Grupo Caliente, pero hasta que no llegue la nueva directiva no se sabrá de su continuidad en el equipo o hasta un posible retiro del futbolista internacional. La fecha límite para fichar jugadores extranjeros es septiembre, hasta ahora los Gallos cuentan con tres plazas ocupadas, la de Rodrigo Bogarín, Fernando Valenzuela y Lucas “Tití” Rodríguez, por lo que hay una necesidad en la plantilla de llenar esos huecos sobre todo en defensiva, donde ambos centrales
extranjeros eran la dupla que había dado resultados.
Todo parece indicar que la nueva directiva llegaría la próxima semana, ya hay gran parte del grupo de trabajo en México a la espera de oficializarse y tener el visto bueno de la Liga MX, es cuestión de horas para conocer la nueva directriz del equipo y acabar con toda la incertidumbre alrededor de Gallos Blancos. Aunado a todo esto, la afición se mantiene expectante, preocupada y con la esperanza de que la nueva administración pueda devolverle competitividad al Club. La situación financiera, la falta de refuerzos de jerarquía y la salida de jugadores clave se suman a un entorno en el que el cuerpo técnico tendrá que trabajar con lo que tiene a la mano, apostando por la cantera y por la entrega de los pocos jugadores que permanecieron en la institución.
Por si fuera poco, la presión mediática no se hará esperar, pues Gallos Blancos es un Club histórico para la ciudad de Querétaro, y ver una de las plantillas más limitadas de su historia enciende focos rojos en todos los sectores. Los aficionados reclaman claridad, compromiso y resultados, mientras que los rivales ven en el equipo queretano a un rival aparentemente débil para este arranque de torneo. Sin embargo, en el futbol todo puede pasar. Benjamín Mora deberá demostrar su capacidad como estratega para competir cada jornada y rescatar puntos vitales que le permitan mantener al equipo en la máxima categoría y evitar fantasmas de descensos o multas.
En las próximas semanas, las decisiones que tome la nueva directiva marcarán el rumbo inmediato del Club. Habrá que estar atentos a posibles fichajes, renovaciones y reestructuras internas que puedan reforzar una plantilla urgida de calidad y profundidad. Así, entre incertidumbre, ilusión y la pasión inquebrantable de su afición, los Gallos Blancos inician una nueva aventura, con la esperanza de que pronto se pueda escribir una historia distinta a la que se pronostica.