Roger Federer no jugará en el Abierto de Francia y mejor se preparará para competir en los torneos de canchas de superficie dura y de césped que se llevan a cabo más adelante en la temporada.

“Mi equipo y yo hemos concluido que jugar sólo un torneo sobre tierra batida no está en el mejor interés de mi tenis y de mi preparación física para el resto de la temporada”, señaló Federer a través de un comunicado en su página de internet.

Federer consideró que el comienzo de esta temporada ha sido “mágico” para él, pero que a estas alturas de su carrera debe reconocer que organizar su calendario “será la clave para mi longevidad según avance”.

“Echaré de menos a los aficionados franceses, que siempre me han apoyado mucho, y espero verlos en Roland Garros el año que viene”, añadió el suizo.

Se trata del segundo año consecutivo, después de que en 2016 renunciara por lesión, en que Federer no juega el Grand Slam parisino, que se adjudicó en 2009.